Los cimientos se fortalecen
MKO
Los cimientos se fortalecen
Con los años, Montevideo Knockout se consolidó como una institución reconocida a nivel local e internacional. Los procesos se optimizaron, el equipo se profesionalizó, la estructura creció. Continuamos viajando por el mundo para capacitarnos, competir y aprender. Organizamos más eventos, ganamos más competencias, llevamos atletas uruguayos y de la región a circuitos profesionales en el extranjero.
Los eventos comenzaron a tener cada vez más relevancia y proyección. Fuimos referentes en la organización de torneos y encuentros de alto nivel, promoviendo el deporte con seriedad y profesionalismo. A modo de ejemplo, el Panamericano de Muay Thai en 2019, avalado por WMF, en donde participaron más de 100 atletas de diferentes países (México, Surinam, Aruba, Curazao, Brasil, Argentina, Perú, Chile, Colombia, entre otros) y el primer evento transmitido por streaming.
Los cimientos se fortalecieron porque el deseo de hacer las cosas bien nunca se perdió. Porque nos preparamos, nos exigimos y no dejamos de perseguir nuestra visión.
Pero nada de eso hubiera tenido sentido si perdíamos de vista lo que nos trajo hasta acá: el compromiso con lo competitivo. Desde el principio entendimos que crecer no implicaba alejarse de ese foco, sino potenciarlo. Por eso, mientras desarrollábamos el proyecto como institución, seguimos invirtiendo tiempo, esfuerzo y recursos en hacer crecer a nuestros atletas.


En 2017 llevamos dos representantes al Panamericano de Muay Thai WMF en Colombia. Ambos volvieron campeones panamericanos. En 2018 viajamos a Tailandia, al Mundial de Muay Thai WMF, y los mismos atletas regresaron con medallas de plata. Ese mismo año, presentamos tres peleadores en el Panamericano de Surinam y todos se coronaron campeones.
En 2019 dimos otro paso: llevamos nuevamente a dos de ellos al Mundial de Bangkok y, por primera vez, a una atleta mujer a un campeonato del mundo. Logramos tres podios: dos medallas de plata y una de bronce.
Ese mismo año, en el Panamericano WMF que organizamos, participamos con nueve atletas, de los cuales cinco fueron campeones panamericanos, uno obtuvo medalla de plata y otro medalla de bronce.
Todo esto no fue casualidad. Fue el resultado de una visión clara: llegar a ser un gimnasio referente de clase mundial y ser reconocido internacionalmente, pero sobre todo, por aquellos a quiénes más respetamos. “Encontrás la forma de hacerlo o la excusa para abandonarlo”
En 2020 llegó un nuevo desafío que nadie esperaba: la pandemia. Como para todo el mundo, fue un golpe duro. Las puertas del gimnasio cerraron, las competencias se detuvieron y la incertidumbre se instaló. Pero la decisión fue clara: reinventarnos o desaparecer. Y elegimos resistir.
Con mucho esfuerzo, logramos adaptarnos. Implementamos clases online, nos trasladamos al aire libre cuando fue posible, respetamos la distancia social, diseñamos rutinas ajustadas a las nuevas condiciones y trabajamos con mínimos recursos, esforzándonos por no perder la calidad.
En medio de ese escenario, nuestro director se encontraba en Tailandia, donde había viajado con parte del equipo para competir. La irrupción de la pandemia los dejó varados allí por más de seis meses. A la distancia, intentaron sobrellevar el contexto y seguir sosteniendo la empresa, mientras se enfrentaban a una realidad desconocida. Las dificultades fueron muchas. La incertidumbre fue constante. Pero seguimos.
Nos tocó sostener a nuestro equipo, acompañar a nuestros alumnos, reinventar nuestros servicios y seguir manteniendo el sentido de pertenencia en un contexto de aislamiento.
Sin dudas, ese tiempo nos enseñó a ser resilientes. A adaptarnos, a sostenernos en el medio del caos, a tomar decisiones difíciles. Pero más allá de todo eso, nos recordó algo esencial: que seguimos existiendo gracias a quienes confían en este proyecto cada día. A quienes decidieron quedarse, incluso en la incertidumbre.
