El proyecto toma forma

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El proyecto toma forma

Montevideo Knockout nació con las artes marciales como corazón del proyecto. Al principio eran pocos alumnos, horarios limitados, pero muchas ganas. Con el paso del tiempo, el gimnasio comenzó a hacerse conocido: por la calidad de su enseñanza, por su propuesta seria, por los resultados en competencia, por su ambiente y valores.

De a poco fuimos incorporando nuevas disciplinas, nuevas actividades, pero sin perder el eje. Este proyecto fue y sigue siendo mucho más que un gimnasio: es el resultado del esfuerzo por hacer algo distinto. No fue fácil. Armar desde cero un gimnasio de estas características, sin precedentes en nuestro medio fue un desafío enorme. Aprender a liderar, formar un equipo, establecerlo y dirigirlo como una empresa. Nos tocó capacitarnos, crecer, cometer errores, tolerar las frustraciones y volver a intentar. Siempre con ambición pero sin codicia y, sobre todo, con humildad. Siempre con ganas de aprender un poco más, para poder ofrecer lo mejor de nosotros.

El sacrificio fue grande. Mientras la empresa se consolidaba y afianzaba, nunca perdimos de vista nuestro lado competitivo, con compromisos nacionales e internacionales. Sostener esa área y seguir desarrollándola fue y es parte de nuestra visión, incluso en medio del crecimiento. 

En esta misma etapa, nuestro director y sensei, mientras gestionaba la empresa, continuó viajando para competir y aprender, sabiendo que ese posicionamiento nacional e internacional era clave: para diferenciarnos, para elevar las expectativas de quienes entrenan con nosotros, para seguir trayendo el conocimiento desde su propia fuente, y sobre todo, para seguir alimentando nuestra pasión.

Pero el conocimiento no solo había que adquirirlo: había que compartirlo. Por eso, como parte de nuestra propuesta, comenzamos a organizar seminarios, con grandes referentes, tales como Andre Mannart, Musashi y Masataka Chinushi. Lo hicimos para elevar el nivel técnico en nuestro país, brindar herramientas reales de crecimiento, y generar espacios de aprendizaje. De esta forma, acercar estos conocimientos a todos los interesados y no solamente a nuestros alumnos.

Todo ese proceso, empezó a dar sus frutos. En ese período viajamos a competir a Holanda, Tailandia y Japón. En Tailandia, tuvimos el orgullo de ver al primer peleador uruguayo competir y ganar allí. En Japón, nos posicionamos entre los ocho mejores del torneo. Logramos títulos nacionales de Muay Thai, tuvimos el primer campeón continental profesional de Muay Thai, y participamos en eventos nacionales importantes.

Nuestros atletas fueron seleccionados para competir en el primer evento de MMA televisado en vivo por un canal de aire en Uruguay, lo que representó un reconocimiento a nuestro nivel. Coincidió también con el momento en el que enviamos representantes a pelear a China, y uno de nuestros atletas fue becado por Andre Mannart en el prestigioso Mejiro Gym de Holanda.

Todo eso fue el reflejo de una filosofía clara: crecer con esfuerzo, competir con seriedad y construir desde el conocimiento.

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